lunes, 28 de noviembre de 2011

Siete modelos femeninos para William Shakespeare

Siete modelos femeninos para William Shakespeare
Gustavo Martínez Castellanos
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El sábado 19 presenté este primer libro mío. Rodeado de muchos amigos, algunos a quienes no veía desde años atrás, como a mi brother Alex Raviela, o a mi entrañable Gloria Olivares. Otros a quienes no conocía más que por el intercambio de ideas por e-mail como al maestro Robespierre Moreno Benicio, padre de una niña que fue mi alumna cuando daba talleres en Hornitos 7. Y otros que me dijeron que me leían porque algún amigo les reenviaba mis artículos y que aprovecharon la oportunidad para conocerme en persona.
Puedo decir que estuve abrazado por mi gente. Mis consanguíneos, mis amigos, mis compañeros escritores, Daniel Baruc, Patrice Stinckwich. Flanqueado por mis compañeros de Culturacapulco, que tal vez hicieron mal al no pensar con calma si querían presentar Siete modelos y aceptaron sin cortapisas; como Pavel que era el primer libro que presentaba y que a pesar de su juventud y de su inexperiencia lo hizo muy bien. O Ari, que ya había presentado libros pero que reconoció que Siete modelos era complicado “No creo que sea posible que haya un libro como éste publicado en Guerrero”. Idea que anticipó Aída cuando dijo que “‘Antoine’ era, después de ‘Sin niños’, el mejor cuento jamás escrito en Guerrero”. O como Astrid Paola que nos hizo reír a todos con su sinceridad: “Empecé a leer el libro con el cuento ‘Astrid’, ustedes saben por qué”, dijo. Le pregunté Por qué, ella respondió “Porque yo me llamo así. Pero nada qué ver”. Sí, para todos –y eso me incluye - Siete modelos tiene una naturaleza difícil de abordar. Perturbadoramente dúctil.
De esa fractura que flotaba en el ambiente nos salvó Isabel Reyes quien dirigió el programa con todo el salero y la prestancia que desborda como la negra hermosa y nuestra que es y que otorgó al evento un aire de fiesta costeña, de las nuestras. “Fue una cumbia”, reconoció ahí un amigo. “Fue una presentación muy cálida, sin estiramientos”, me dijo después Gloria por teléfono. “Tal como yo la quería”, reconocí.
Antes del final, uno de mis hermanos me pasó una nota que decía que el licenciado Alfredo Díaz Solano, director de cultura municipal, estaba ahí en representación de mi amigo el Doctor Manuel Añorve, gracias, Manuel. Quien no envió representación fue mi amigo el licenciado Ángel Aguirre. El sábado 12, mientras él asistía al funeral del licenciado Blake, el licenciado Armando Añorve me tomó la llamada y de la forma profesional y digna con que siempre trata a todo mundo recibió mi invitación de viva voz y me avisó que el gobernador estaría el martes en Acapulco; pero en toda esa semana ya no pude contactarlo; anduvo muy ocupado. Como haya sido, le envío un afectuoso abrazo.
En cambio, a Alejandra Frausto, directora del IGC, le dejé la invitación en su oficina y tampoco asistió. Fue una pena, sé que le hubiera agradado atestiguar el evento literario de un desconocido escritor costeño que sin recursos del gobierno publica un libro, lo presenta, llena una sala para 80 personas y vende ahí mismo 40 ejemplares. Será para la otra.
Gracias a mi amigo Carlos López, director de Editorial Praxis, por la publicación de Siete modelos femeninos para William Shakespeare, el libro había sido condenado al olvido y él lo rescató de ahí. Gracias Carlos. También agradezco a mi amigo Sergio Salmerón, gerente del Hotel Playa Suites, por facilitar la sala para que Siete modelos fuera presentado dignamente en Acapulco. Gracias Sergio. Qué es un hombre sin amigos.
Gracias a Aída, Pao, Ari, Pável e Isa. A mis amores: Mary y Rosita.