miércoles, 25 de julio de 2012

Sobre libros


Yo, ciudadano

Libros II
Gustavo Martínez Castellanos
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El libro fue una tecnología que dio un impulso inusitado a la palabra escrita en su papel de difusora y preservadora de ideas. Con la invención de la imprenta catapultó a una parte de la humanidad en un impacto similar al que estamos viviendo con la web. Hoy, es algo más que “esa reliquia en tiempos de la informática” y aún es objeto de culto que otorga estatus y poder en determinados grupos: quien no tiene libros publicados, no existe. No es. A partir de la publicación de la colección de libros del IGC ese instituto dará ese status sólo a aquellos a quienes envió la convocatoria y ellos le darán status al IGC porque según Edgar Pérez Pineda -uno de los seleccionados- “las cosas se están haciendo bien”.
Guerrero padece analfabetismo y pobreza. En Acapulco, su más rico municipio se lee, en promedio, menos de medio libro por persona al año. Esta realidad no toca al IGC ni a los “cazadores de libro” porque sólo lo ven como señal de status y herramienta para acceder a más recursos públicos: hay quienes con un par de libros y muchos amigos ingresan al Sistema Nacional de Creadores, viven tres años del erario, y en lugar de hacer avanzar a cultura estatal la anclan a sus intereses y a los de sus grupos o mafias.
Desviado ya de su papel de difusor y preservador de ideas, el libro objeto, adquiere poderes mágicos: a través de él se resuelve todo: analfabetismo, ignorancia, ausencia de estrategias de lectura de todo un estado y una historia de rezagos sobre rezagos. El libro es el dibididabadabum de la cultura en Guerrero, como puede verse en las felices conclusiones del seleccionado, Edgar Pérez Pineda, que El Sur publicó en su edición del día 20 julio:
“Este proyecto crea un excelente momento en la vida literaria del estado, y haríamos mal si lo desaprovecháramos” replica y conmina a Carlos Ortiz: “todos los autores elegidos en este programa tendremos que hacer un compromiso de formación de lectores”. Y alucina: “Señores los invitamos a leer, ¿Qué les vamos a leer?, lo que se está escribiendo actualmente en el estado”. Mundos fantásticos: una hipotética masa lectora y sus textos como “la producción literaria de todo un estado”. Nada mal para alguien que bebe mezcal y siente que “es como lamerle la espalda al diablo”, como dice un versito suyo.
Más aún, para Pineda nuestras desventajas son ventajas gracias al poder mágico del libro: “Guerrero es uno de los estados que está más atrasado y en educación más (sic), pero es nuestra ventaja porque contamos con el campo para reinventarnos como queramos”.
A pesar de que da clases de filosofía en la universidad Loyola del Pacífico sus declaraciones denotan que no se ha percatado de que esa tarea de “reinventarnos”, en México, es propiedad del Estado y del duopolio televisivo: “Este nuevo programa es imprescindible, que vino a unir la disciplina (¡!) que aún no contaba con el apoyo suficiente para tener una presencia en el estado (¿?) y que además es el inicio para mejorar las condiciones de los escritores del estado”: Circulo perfecto y feliz: Todo resuelto. El libro.
El libro, por supuesto, es otra cosa. Que el IGC haya seleccionado a estos autores para publicarlos no es gratuito. Que el proyecto oculte muchos intereses de largo plazo es evidente. Si algún día despierta, tal vez hasta Edgar Pineda pueda darse cuenta de eso. De momento sólo nos queda esperar más desatinos de éste de quien hoy dirige el IGC.
Gracias al maestro Jaime Salazar Adame por su invitación al Congreso de Cronistas en Tixtla, la reenvío en PDF para su difusión. Allá nos vemos.