García Leyva, Jaime. Radiografía del rock en Guerrero. Ediciones La Cuadrilla de la Langosta, México, 2005.
Radiografía del rock en Guerrero es un libro que versa sobre las manifestaciones juveniles asociadas al rock en la entidad. El autor realiza un recuento de lugares como Chilpancingo, Iguala, taxco, Acapulco, Tlapa y Buenavista de Cuéllar. El prólogo del libro es del escritor José Agustín, autor de la Contracultura en México, quien comenta: “Esta Radiografía del Rock en Guerrero, pionera en las investigaciones sobre el desarrollo del rock en distintas regiones de nuestro país (antes sólo teníamos reportes de Tijuana y Xalapa), me resultó fascinante porque muestra los caminos del rock, o como decía Parménides Garcías Saldaña, “las rutas de la onda” […] El Jaguar García despliega su libro con corrección y un formato un tanto rígido, pero cuenta bien muchas de las historias. Establece sin falta muy pertinentes contextos geográfico-histórico-sociales. Luego expone panorámicamente, aunque se detiene en detalles. Estos prologuitos o paréntesis les permiten a García hacer apuntes de la vida nacional y del estado, y así se establece la influencia del neozapatismo en los jóvenes guerrerenses (y de todo el país, pues la cantidad de grupos de rock que han apoyado al EZLN es impresionante como ya nos hizo ver Benjamín Anaya). Radiografía del rock en Guerrero es un trabajo pionero pero establece bases que serán ineludibles en ulteriores exploraciones. Está escrito con pasión pero a la vez con sobriedad que imponen los cánones. Es un trabajo que hacía falta para documentar la historia del rock nacional y para conocernos mejor. Ojala se sigan dando estas investigaciones sobre el rockcito en las distintas regiones de México”. El libro muestra gráficos, fotografías y dibujos de la juventud rockera guerrerense. La presentación es de Benjamín Anaya, autor de Rock Mexicano y Neozapatismo, quien manifiesta: “… que aparezca un texto como el de Jaime García Leyva (a) Jaguar, es un hito en la historia del rock nacional, no sólo por lo que le corresponde en el sentido regional (hay otros estudios regionales del rock mexicano que han sido vistos siempre desde la perspectiva académica), sino fundamentalmente porque desde su experiencia como programador de rock en la radio indígena XEZV La voz de la montaña (800 AM, del Instituto Nacional Indigenista), como organizador de conciertos, como integrante de colectivos y como cronista del rock desde su natal Tlapa, esta experiencia se constituye como la primera hecha en forma autónoma y desde una perspectiva indígena, lo que le da su verdadera dimensión de testimonio de lo ocurrido en el rock guerrerense. Es su testimonio, en ese sentido, casi un manifiesto vital de una sociedad activísima en la cultura nacional y de un estado de la federación que con todas sus contradicciones sociales, se da tiempo para construirse a partir de la música popular urbana y muy concretamente a reinterpretarse a partir del rock. // El viaje que nos propone Jaguar (que como buen guerrero-guerrerense usa ese nombre de batalla) es el del sentido social en el rock, el de la referencia colectiva, el de la dinámica cotidiana a que hacíamos referencia. La guerrerense es una sociedad aceleradamente disímbola, marcadamente desigual, notablemente injusta, visiblemente alterada por todo esto. […] Sin duda es éste uno de los textos más necesarios en nuestra, ahora sí, historia del rock mexicano. Su afluencia es como la del Chontalcuatlán y el San Jerónimo (ríos subterráneos de las grutas de Cacahuamilpa) a través de Dos Bocas, al Amacuzac; del intenso caudal del Amacuzac al Balsas y como la del Balsas al Pacífico: es un río caudaloso y nutriente de rock, con todos los géneros que pueden aparecer en esas condiciones socioculturales, que vienen a regar de manera definitiva el parcial conocimiento centralista que hasta ahora teníamos del rock en nuestro país. // Jaguar nos da números, brinda reflexiones, establece diferencias, reconoce influencias, y sobre todo envuelve en un lenguaje coloquial, pero certero para definir, las múltiples vidas roqueras que van entretejiendo la crónica, el testimonio y el manifiesto de una región del país que vive un constante slam que se sacude vertiginoso, con el brío de su propia revolución interna, un slam enérgico, vital, lúdico, retador: el slam de la historia del rock guerrerense que está muy vivo y gracias a este texto, puede saltar de su condición prácticamente oculta, al debido reconocimiento de su quehacer. Debemos estar abiertos, entonces, a este magnífico testimonio de Jaime García Leyva, para que cada una de las sentencias y conclusiones a que llega de lo que queda por hacer, brinden a todos un nuevo panorama dentro del, muchas veces, tedioso y lleno de modas y tics, rock mexicano. Guerrero es un buen estado por dónde empezar a ver nuestra diversidad roquera“. El libro fue editado gracias a la colaboración y respaldo del Colectivo Cultural La Tarántula Dormida de la ciudad de Chilpancingo y La Cuadrilla de la Langosta del Distrito Federal. En su realización diversos colectivos, músicos, periodistas, escritores y rockeros aportaron su respaldo y medios económicos para la impresión de este trabajo realizado de manera independiente. Se distribuye en lugares como Tlapa, Chilpancingo, Acapulco, Iguala en librerías y por medio de colectivos en el Tianguis del Chopo y fuera del país. Es un texto de referencia en torno al tema en el estado de Guerrero.
Radiografía del rock en Guerrero es un libro que versa sobre las manifestaciones juveniles asociadas al rock en la entidad. El autor realiza un recuento de lugares como Chilpancingo, Iguala, taxco, Acapulco, Tlapa y Buenavista de Cuéllar. El prólogo del libro es del escritor José Agustín, autor de la Contracultura en México, quien comenta: “Esta Radiografía del Rock en Guerrero, pionera en las investigaciones sobre el desarrollo del rock en distintas regiones de nuestro país (antes sólo teníamos reportes de Tijuana y Xalapa), me resultó fascinante porque muestra los caminos del rock, o como decía Parménides Garcías Saldaña, “las rutas de la onda” […] El Jaguar García despliega su libro con corrección y un formato un tanto rígido, pero cuenta bien muchas de las historias. Establece sin falta muy pertinentes contextos geográfico-histórico-sociales. Luego expone panorámicamente, aunque se detiene en detalles. Estos prologuitos o paréntesis les permiten a García hacer apuntes de la vida nacional y del estado, y así se establece la influencia del neozapatismo en los jóvenes guerrerenses (y de todo el país, pues la cantidad de grupos de rock que han apoyado al EZLN es impresionante como ya nos hizo ver Benjamín Anaya). Radiografía del rock en Guerrero es un trabajo pionero pero establece bases que serán ineludibles en ulteriores exploraciones. Está escrito con pasión pero a la vez con sobriedad que imponen los cánones. Es un trabajo que hacía falta para documentar la historia del rock nacional y para conocernos mejor. Ojala se sigan dando estas investigaciones sobre el rockcito en las distintas regiones de México”. El libro muestra gráficos, fotografías y dibujos de la juventud rockera guerrerense. La presentación es de Benjamín Anaya, autor de Rock Mexicano y Neozapatismo, quien manifiesta: “… que aparezca un texto como el de Jaime García Leyva (a) Jaguar, es un hito en la historia del rock nacional, no sólo por lo que le corresponde en el sentido regional (hay otros estudios regionales del rock mexicano que han sido vistos siempre desde la perspectiva académica), sino fundamentalmente porque desde su experiencia como programador de rock en la radio indígena XEZV La voz de la montaña (800 AM, del Instituto Nacional Indigenista), como organizador de conciertos, como integrante de colectivos y como cronista del rock desde su natal Tlapa, esta experiencia se constituye como la primera hecha en forma autónoma y desde una perspectiva indígena, lo que le da su verdadera dimensión de testimonio de lo ocurrido en el rock guerrerense. Es su testimonio, en ese sentido, casi un manifiesto vital de una sociedad activísima en la cultura nacional y de un estado de la federación que con todas sus contradicciones sociales, se da tiempo para construirse a partir de la música popular urbana y muy concretamente a reinterpretarse a partir del rock. // El viaje que nos propone Jaguar (que como buen guerrero-guerrerense usa ese nombre de batalla) es el del sentido social en el rock, el de la referencia colectiva, el de la dinámica cotidiana a que hacíamos referencia. La guerrerense es una sociedad aceleradamente disímbola, marcadamente desigual, notablemente injusta, visiblemente alterada por todo esto. […] Sin duda es éste uno de los textos más necesarios en nuestra, ahora sí, historia del rock mexicano. Su afluencia es como la del Chontalcuatlán y el San Jerónimo (ríos subterráneos de las grutas de Cacahuamilpa) a través de Dos Bocas, al Amacuzac; del intenso caudal del Amacuzac al Balsas y como la del Balsas al Pacífico: es un río caudaloso y nutriente de rock, con todos los géneros que pueden aparecer en esas condiciones socioculturales, que vienen a regar de manera definitiva el parcial conocimiento centralista que hasta ahora teníamos del rock en nuestro país. // Jaguar nos da números, brinda reflexiones, establece diferencias, reconoce influencias, y sobre todo envuelve en un lenguaje coloquial, pero certero para definir, las múltiples vidas roqueras que van entretejiendo la crónica, el testimonio y el manifiesto de una región del país que vive un constante slam que se sacude vertiginoso, con el brío de su propia revolución interna, un slam enérgico, vital, lúdico, retador: el slam de la historia del rock guerrerense que está muy vivo y gracias a este texto, puede saltar de su condición prácticamente oculta, al debido reconocimiento de su quehacer. Debemos estar abiertos, entonces, a este magnífico testimonio de Jaime García Leyva, para que cada una de las sentencias y conclusiones a que llega de lo que queda por hacer, brinden a todos un nuevo panorama dentro del, muchas veces, tedioso y lleno de modas y tics, rock mexicano. Guerrero es un buen estado por dónde empezar a ver nuestra diversidad roquera“. El libro fue editado gracias a la colaboración y respaldo del Colectivo Cultural La Tarántula Dormida de la ciudad de Chilpancingo y La Cuadrilla de la Langosta del Distrito Federal. En su realización diversos colectivos, músicos, periodistas, escritores y rockeros aportaron su respaldo y medios económicos para la impresión de este trabajo realizado de manera independiente. Se distribuye en lugares como Tlapa, Chilpancingo, Acapulco, Iguala en librerías y por medio de colectivos en el Tianguis del Chopo y fuera del país. Es un texto de referencia en torno al tema en el estado de Guerrero.
[Nota elaborada por el autor, quien puede ser contactado en: jaime.jaguar@yahoo.com.mx]
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